El desafío era destacar en el punto de venta y comunicar que no se trataba de un destilado tradicional. Resultado: un packaging innovador, mezclando los códigos clásicos de este tipo de bebida con un toque muy contemporáneo para cautivar a un público objetivo joven. Usamos una petaca típica completando con una etiqueta que de día luce elegante y de noche la marca brillando en la oscuridad.
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